Por Lianjelly Cortés Santos, para la sección A Special Look at Puerto Rico, The Resilience Journal, 2019
Actualmente la Junta de Residentes de Playita en Santurce se encuentra en un proyecto con el municipio de San Juan y el Centro de Transformación Ciudadana Comunitaria (CTCC). Esta unión se debe a un adiestramiento a las personas de la comunidad sobre cómo utilizar herramientas de jardinería como sierras, serruchos y palas, entre otras.
Luego del paso del Huracán María, la Fundación Rockefeller donó placas solares para una de las tres iglesias en Playita. También donaron cisternas en las otras dos iglesias de la comunidad.
Del mismo modo, CTCC funciona actualmente con placas solares y entre los planes futuros de los líderes comunitarios como Wanda Soto, quién es voluntaria en Playita y vicepresidenta de la Junta de Residentes, se encuentra seguir instalando más placas solares además de la exhortación a toda la comunidad a tomar los cursos ofrecidos de manejo de emergencia y primeros auxilios, de manera gratuita.
Estos cursos nacen con el fin de adelantarse a los acontecimientos, por si ocurriera alguna eventualidad no tener que esperar que llegue la ayuda y tener un personal preparado antes que llegue alguna entidad o empleados del municipio.
Soto ha sido pieza clave en la recuperación y reestructuración de su comunidad. Ofreciendo talleres de manualidades con materiales reciclables y hasta clases de cocina. La mayoría de los talleres son para todas las edades y se fundaron hace poco más de cuatro años con el propósito de unir, conocer y crear un vínculo en la comunidad.
Luego del huracán los talleres se pusieron en pausa por falta de electricidad. El taller se abrió nuevamente un año después para seguir fortaleciendo la unión en la comunidad.
Por todo Santurce
Comunidades que también están en el fortalecimiento de lazos vecinales lo son Villa Palmera, Loíza y Barrio Obrero. No hay por qué esperar que suceda un evento atmosférico para dejar entrever la necesidad de fortalecer los lazos en las comunidades en Santurce y todo Puerto Rico.
Un ejemplo de esto es la comunidad de Villa Palmeras, que se encuentra en la búsqueda y organización del fortalecimiento de las capacidades de los residentes por medio del emprendimiento social, el desarrollo de proyectos socio-económicos que a su vez sean solidarios.
Este fortalecimiento que va dirigido para el futuro de manera preventiva y es llevado a cabo por diferentes colectivos, jóvenes en servicio comunitario y social, donantes, estudiantes de universidades cercanas como la Universidad del Sagrado Corazón (USC) y algunas comunidades de Santurce, dan ejemplo de unión en todo momento.
Patrick Howell, líder y experto en resiliencia del Institute for Building Technology and Safety, escribió un artículo de su experiencias y lecciones en Florida y Puerto Rico luego de catástrofes.
Aunque en el mismo explica la importancia y la diferencia que hace ser una persona resiliente y dejar la indiferencia a un lado, también explica que hace falta ayuda del gobierno para llevar a cabo los planes que tienen las comunidades como la creación de una red de contactos, instalaciones de cisternas y placas solares, y los talleres o cursos ofrecidos.
“These are important lessons to draw from prior storms to reduce the heartache and loss for the thousands of families collecting what they can and working on the process of getting their lives back together. They will be better able to do so with governance structures that supports their resilience.’’
El objetivo de cada comunidad en Santurce es claro: las personas están más comprometidas con el levantamiento no sólo de su casa, sino de su comunidad. También se sienten más responsables en prepararse para el futuro.
Del mismo modo las fundaciones como la Fundación Comunitaria de Puerto Rico siguen brindando fondos de recuperación y reestructuración. La fundación tiene como foco cinco áreas para realizar su plan de renovación sostenible en Santurce, incluyendo clínicas de salud, agua, energía solar, la rehabilitación de viviendas, edificios y el desarrollo económico con empresas comunitarias y educación. Tienen como meta trabajar en estas áreas por espacio de dos a cinco años.